sábado, 20 de abril de 2024

RECORDANDO AL SCOUTER VICTOR ANTONIO PINCHEIRA GALLEGOS. (Uno de los Discursos Póstumos a su memoria en noviembre de 2021).

Ha pasado casi un año de aquel 17 de noviembre de 2020, cuando el valle de Alico se oscureció con la partida tan rápida de Víctor Pincheira Gallegos, que enfrió nuestras almas, pero nos enseñó el valor de la vida.

Hablar de Víctor Pincheira Scout, es hablar de una de las páginas notables del Movimiento Scout de los ochenta, noventa y por cierto de los dos mil en San Carlos.

Grandes virtudes le acompañaron en la vida, como lo es, por ejemplo, el cultivo de una hermosa familia y su dilatada trayectoria como docente formador de generaciones de este valle de Itihue.

Si tuviéramos que buscar los grandes aportes al movimiento scout que hizo nuestro querido hermano Jefe Pincheira, podemos definirlo en una sola cosa: “generador de espacios para la formación de los niños”

Las páginas de la historia deben escribirse de manera muy clara, donde el Jefe Pincheira dio sustento a los tres grandes grupos que dieron vida al Movimiento Scout en San Carlos y que, sin pausa, pero sin prisa, desde 1982 ya han transcurrido casi cuarenta años de mantener una llama encendida que esperamos nunca se apague, siendo actor clave para que ello ocurriese. Se trata de los queridos grupos Ignacio Carrera Pinto, Mafeking y Ñuke Mapu. Fue uno después del otro y cada uno contó con la mano firme, fraternal y visionaria para que ocurriese lo mejor.

-No cabe duda que el que estemos acá hoy, tiene que ver con esa mirada de joven profesor, que a inicios de los años 80 funda junto a otro grupo de personas el recordado GRUPO SCOUT IGNACIO CARRERA PINTO del Liceo Politécnico.

 -No cabe duda que el que estemos acá hoy, tiene que ver con ese profesor triste por la miserable injusticia de la exoneración docente, pero que nunca pudo oscurecer su espíritu, para que junto a jóvenes líderes dieran vida al GRUPO SCOUT MAFEKING, en la Escuela Sofanor Parra.

-No cabe duda que el que estemos acá hoy, tiene que ver con un ya maduro profesor, que agradecido de la vida, nos regaló la oportunidad de nacer con otro referente como lo es el GRUPO SCOUT ÑUKE MAPU, hoy en el Colegio Concepción de San Carlos.

 

En estos tres momentos no podemos dejar de expresar ¡¡¡qué gran lección de virtud nos legó el Querido Hermano Jefe Victor¡¡¡, primero, porque siguió un ideal para colaborar en moldear mejores niños y niñas como lo hace un artesano con mazo y cincel, segundo, porque se sobrepuso al odio y la mentira con el amor fraternal de seguir creyendo que un mundo mejor aún era posible y tercero, porque en la plenitud de la vida, aún quedaba tiempo para agradecer y entregar la sabiduría que dan los años.

Aquí se encuentra la síntesis del legado y el macizo aporte que Víctor hizo al Movimiento Scout. Con defectos y virtudes, con diferencias y a veces desencuentros, pero siempre fue mucho más aporte que resta.

¡¡¡Persistid en ser Scout¡¡¡ es una frase que muchos le escuchamos a Víctor y que debíamos responder, como, por ejemplo, en aquellas tardes lluviosas de inviernos más duros en campamento, donde forjábamos el temple, y que permite decir hoy día que “SI”, aun persistimos en ser scouts. Que más legado que aquel, el de las virtudes, el de optar por la ruta virtuosa de la vida, alejadas de egos, ambientes mezquinos y materiales, cuando precisamente lo que pregonaba Víctor era de espacios de cooperación, fraternidad, caridad, tolerancia, tan urgentes de cultivar hoy.

Merecido homenaje a la tarea emprendida, que cierra una página dulce de la ruta con su saco Andino, el morral y los bototos para caminar. Pero el camino no concluye, sigue y seguirá.  Recuerdo, Recuerdo, Recuerdo.

Celebremos hoy y siempre a Víctor Pincheira, pero ¿¿¿de qué forma??? Queriéndolo, agradeciéndole y recordando siempre este legado virtuoso.

 Que su memoria, como la de tantos otros, se encuentre viva al amanecer del campamento cuando el sol ya sale del querido oriente y el rocío nos abrace como estímulo para un activo día.

Que su memoria se encuentre viva en el bullicio de las niñas y niños en campamento y en las jornadas scout en la ciudad, ya que allí se está sembrando la buena voluntad de una vida en comunidad, esa que irradiaba Víctor.

Que su memoria se encuentre viva en campamento en la montaña, al caer la tarde y las sombras se agrandan, cuando los espíritus entran en la quietud del deber cumplido y se apresta al descanso.

Que su memoria se encuentre viva en el crepitar de las llamas de la fogata fraternal, esa de las canciones y los brazos entrelazados y de la necesaria reflexión de la vida que tanto se valora con los años.

Aun cuando pasen los años y no estemos los mismos en este espacio, persistirá más que las formas el fondo de lo que acá se comparte, la idea, el legado, los afectos.

Querido Jefe Víctor, el de la boina con la espiga de trigo, te celebramos y te seguimos queriendo en estos valles verdes de Alico y en los Verdes Valles de Itihue.

Sigue recorriendo esos lugares que no conocemos y a nombre de todas las Haditas, Guías y Rangers, Lobatos, Scouts y Rovers, de los nuevos y viejos jefes, vaya un apretón de mano izquierda, un abrazo fraternal y deseos de una Buena caza.

ZORRO GRIS


 

                                

martes, 16 de abril de 2024

La perseverancia en el movimiento scout, por Pablo Zambrano.

 

La perseverancia es un valor que engloba un cúmulo de esfuerzos que con el paso del tiempo permiten ir construyendo en forma individual y colectiva aquellos proyectos que son asumidos con responsabilidad y compromiso. Si existen objetivos claros y una senda bien definida, aunque existan vallas en el camino, es probable obtener gratas satisfacciones al final del sendero. Es una aseveración general que cobra esencia y significado, cuando un Dirigente Scout tiene la posibilidad de apreciar con el paso del tiempo el desarrollo integral de niños y niñas, que al alero de los principios y valores del método scout, muestran evidencias que los cambios positivos si pueden ocurrir.

Cuando un niño o una niña tiene la intención de ingresar a la manada o a la ronda, quizás motivado por los padres que ven en los scouts una alternativa de desarrollo, la inseguridad y ansiedad son las primeras actitudes presentes en los iniciales encuentros con otros niños de su misma edad. Los padres son conscientes que deben dar las herramientas para promover su autonomía, pero, siempre el temor inunda los pensamientos sobre si realmente están tomando la mejor decisión para dejar a su hijo o hija al cuidado de otros adultos, que usualmente, no conoce. Cuando el niño a través del juego logra sentir que una reunión scout es un espacio agradable, entretenido, que en él es considerado como tal y puede conseguir algunos logros personales en función de un programa educativo que lo estimula, se puede indicar que se ha logrado sortear una de las primeras barreras que existen en la etapa de los Lobatos o las Haditas.

 Experimentar una historia a través del juego que invita a cumplir diversos objetivos de desarrollo de niños y niñas, es una herramienta trascendental para que Lobatos y Haditas vayan familiarizándose con el desarrollo de diversas áreas de su personalidad. Planificar, ejecutar y controlar sobre la base de la experiencia y deseos que los niños aprendan y vivan mejores experiencias, son los desafíos que el jefe de manada o de ronda deben tener en consideración. Los padres que acompañan, si apoyan el proyecto educativo y se involucran en el cumplimiento de los objetivos de ambas secciones, son los puntos de apoyo más sólidos para dar continuidad al proyecto educativo. El afecto y empatía son esencia para lograr un equilibrio perfecto entre el niño, el dirigente y los padres.

Cuando el Lobato o Hadita ha logrado cumplir los objetivos de su etapa de formación, comienzan a surgir otras expectativas que dice relación con la necesidad forjar su independencia y autonomía, en donde ahora, los puntos de referencia son sus pares. Es en el grupo pequeño, en la patrulla, en dónde vive las experiencias que le permiten ir conociendo su entorno en función de las dinámicas y procesos grupales que el programa de la tropa o la compañía les brinda. Desde experiencias gratas, hasta otras no tantas, son verdaderas oportunidades para que los dirigentes de esta sección promuevan y guíen procesos educativos de adolescentes que necesitan un apoyo constante en el proceso de desarrollo de su identidad. El sistema de patrullas promueve el desarrollo de habilidades blandas y conocimiento necesario para experimentar el progreso de responsabilidades junto a otros niños o niñas. Finalmente, en esta etapa, los padres comienzan a entender el sentido del movimiento scout porque han logrado observar en sus hijos o hijas cambios relevantes que van forjando una personalidad que se sustenta en valores y principios que buscan el bien común en función de su propio desarrollo.

 Finalmente, cuando el scout o guía pasa al Clan, comienzan a descubrir un mundo que trasciende más allá de su entorno inmediato. Comienzan a tener conciencia que su entorno es trascendental para su propio desenvolvimiento en la sociedad. Comprenden que lo vivido en las secciones de manada, hadita, tropa o compañía, han sido etapas claves y preparatorias para cumplir un objetivo mayor, el ser un buen ciudadano que está dispuesto a servir. El o la joven ha logrado conocerse a sí mismo y reconocer la importancia del trabajo colectivo para conseguir objetivos que tengan trascendencia en el tiempo.  El adulto joven se encuentra preparado para influenciar en la sociedad a través de proyectos individuales que requieren una perseverancia que no se debe abandonar.

Conocer a un niño o niña que vive diferentes experiencias en toda su infancia, adolescencia y juventud, es una oportunidad única que tienen aquellos dirigentes que tiene la convicción y perseverancia en que se puede aportar con algo a la sociedad. Hay muchos ejemplos en el que dirigentes han logrado apreciar el lento pero satisfactorio crecimiento integro de niños en estas importantes etapas de la vida.

La perseverancia es un valor que siempre se debe tener presente. Tanto padres, niños y dirigentes, si logran mantener sus convicciones, terminan lo que han comenzado y si tienen una voluntad firme para conseguir sus objetivos, res
ultan ser los tres puntos perfectos, una alianza estratégica ideal para lograr una armonía necesaria para cumplir los objetivos del movimiento scout: cuyo último fin es formar buenos ciudadanos que día a día entreguen un servicio a los demás sin esperar recompensas. Sigamos avanzando en la senda que nos legara Baden Powell porque al persistir en cumplir los valores y principios de cada sección, tendremos la certeza que en algún momento podremos afirmar que hemos dejado el mundo mejor que aquel hemos encontrado.


El día del pañolín.

  "Cuando vosotros os levantéis por la mañana, recordad que tenéis que hacer una buena acción durante el día. Haced un nudo en vuestra ...